jueves, 5 de mayo de 2011

Estrellas vacias


Hace mucho que no actualizamos, y el ambiente en el que estoy no me inspira mucho que digamos para hacer un poema o algo de lo que antes subiamos...

Tal vez sea el momento de decir adios del todo.
Las estrellas ya no brillan,
están vacias,
tiradas,
olvidadas.

Ya hablaremos sobre la página un día de estos, para ver si lo seguimos o no.

viernes, 29 de mayo de 2009

Siempre lo que más quieres olvidar es lo que más recuerdas.
Estaría muy bien tener una memoria que almacenase sólo lo que nos hiciese felices,que olvidase todo aquello que nos hieren.
Es como si cargases con un castigo,siempre está presente en tu vida.
Ves tu vida pasar y deseas que aquello nunca hubiese pasado,aunque eso conllevase que olvidases lo bueno. Estás muy bien,parece que al fin vuelves a ser el mismo de siempre,ríes,bromeas...tu vida vuelve a ser tuya.Y otra vez aparece algo que te recuerda aquello,y todos los avances que has hecho se derrumban.
El único consuelo que te queda es acostarte deseando que pasen los días que han de aliviar tu tristeza.
Y es que somo débiles.

sábado, 16 de mayo de 2009

Mi bastón de magia



Hace tiempo que no se actualiza ^^U, el caso es que todavía tenemos problemas con el blog (falta de experiencia ¬¬) y a veces, y lo admito, desaparezco durante semanas (ains, la vida...).
Sé que no es nada del otro mundo, pero el caso es quiero poner unas palabras inscritas en un bastón que cree para disfrazarme. A cada letra le di un símbolo y lo escribí en él, y aunque no busqué rima me salió sola. Es muy mala, pero aquí la teneis ^^:

Allegadas sombras de misteriosa luz
calmad los gritos de la oscuridad
traicionad los fuegos de los malditos
y fugaces insignias matad.

No le dio la vida
los altos elfos de largas esperanzas
ni los oscuros como su alma
fueron los brujos desconocidos
de la virtuosa magia elemental.

Viva el espíritu y su fuerza
vivan los fuegos y las aguas,
los vientos y las tierras,
la solitaria luz de las almas.


Es cortito, pero es que el bastón no daba para mucho xD.

miércoles, 22 de abril de 2009

Más que odio,decepción.

Siento esto crecer en mi,
siento cómo pierdo el control.
El odio y la frustración se mezclan
en mi alma,
envenenan todos mis recuerdos.
¿Por qué cubriste de niebla mi día de Verano?
Sonrío con hipocresía,
intento creerme la mentira de mi vida.
Me obligan a fingir una alegría inexistente,
me obligo a intentar quererte,
pero todo murió...
Intento recordar cuando aún te quería,
tus virtudes,
las sonrisas compartidas,
pero a mi mente sólo vienen tus defectos.
¿Cuando el cariño en rencor se convirtió?
Ahora veo nuestras fotografías
y no comprendo como pude necesitarte.
Y ahora todo acabó,
me canse de refrenar el dolor,
finges echarme de menos,
finjo tenerte respeto.
Confié en ti,
tú me traicionaste.
Ahora ya no importa,
ahora ya sé que lo tuyo no fue amistad,
eres como el frío que mata las flores,
aprovechaste mi confianza,
intentaste quitarme lo mío
¿Lo quieres?
Tómalo.

Mi cutre poesía


Me gusta leer y escribir, pero nunca se me han dado bien los poemas. No siento lo que escribo, y acabo tirando el papel a la basura. Prefiero las historias, con personajes, problemas, sucesos, y sentimientos, claro. Pero no sólo sentimientos. Nunca se me ha dado bien expresarme en ese aspecto. Pero un día estaba muy, pero que muy aburrida, y me puse a escribir una pequeña poesía con algo de historia (tampoco voy a contar la biblia), y se la dejé a Okami y Geku. Como no les ardieron los ojos pensé que era mínimamente aceptable y la guardé. Y como me apetece postear algo aquí os la dejo. Trata de una chica y un chico...

Mi querido compañero:

Anoche soñé contigo,
en mi dulce agonía
tus palabras rotas
me habían herido.

Me revolvía en la tristeza,
esperando tu fugaz camino;
las hojas secas sonaban.
Ya habías venido.

Tu mirada vacía
rompía toda esperanza,
más la tardanza
sabía que era un presagio,
que no habías venido para llevarme,
que esperabas el momento
y buscabas la forma de hablarme.

Tu corazón tornó humano,
tu piel sentía frío,
tus labios, los míos.

Por fin llegó mi hora,
tus manos me cogen con rabia,
agarras fuerte tu guadaña
y yo olvido lo que viví.
Pero no hay que preocuparse,
las hojas siguen gritando,
porque yo amo a la muerte y la muerte, a mí.



Saludos!!!
PD: Sí, he hecho rima con llevarme y hablarme, que pasa? xDDD

jueves, 16 de abril de 2009

Bueno, hace unos días que quería poner una pequeña historia. No la he creado yo, me la encontré un día y, sinceramente, me hizo llorar. Si queréis disfrutar verdaderamente de este relato os recomiendo que pongáis de fondo música melancólica (mejor si es instrumental).
Por cierto ^^, no voy a poner el nombre real de los protagonistas, si alguien la reconoce que me avise ;) .

Adiós

Los miembros de la familia tienen los ojos llorosos cuando dan la bienvenida de nuevo en la posada a Tale tras su largo viaje.
-Muchísimas gracias por venir.
Tale comprende la situación al instante.
La hora del adiós está cerca.
Pronto, demasiado pronto. Pero ya sabía que este día llegaría tarde o temprano, y no en un futuro lejano.
"Puede que no te vuelva a ver más", le había dicho ella con una triste sonrisa cuando partió de viaje. Estaba acostada en la cama, sonriendo con su rostro de blancura casi trasparente, terriblemente frágil, y por ende indescriptiblemente bello.
-¿Puedo ver a Alma?
El posadero asiente ligeramente con la cabeza.
-Pero no creo que vaya a reconocerte.
Le advierte a Tale de que no ha abierto los ojos desde la noche. El ligero movimiento de su pecho indica que aún se aferra a un frágil hilo de vida, pero podría romperse en cualquier momento.
-Qué pena... Sé que para ti era muy importante venir a verla...
Otra lágrima resbala por la mejilla de la mujer.
-No te preocupes, no pasa nada -la tranquiliza Tale.
Ha presenciado innumerables muertes, y su experiencia le ha enseñado mucho. La muerte arrebata el habla en primer lugar. Luego la vista. Sin embargo, lo que sí que aguanta hasta el final es el oído. Aunque el enfermo pierda la conciencia, no es extraño que las voces de los familiares provoquen sonrisas o lágrimas.
Tale rodea con su brazo el hombro de la mujer.
-Tengo muchas historias de viajes para ella. Llevo esperando esto todo el tiempo que he pasado fuera.
En lugar de sonreír, la mujer deja escapar otra lágrima y asiente.
-Y Alma esperaba poder oír tus historias -dice con palabras entrecortadas por el llanto.
El posadero interviene. -Ojalá pudiera pedirte que descansaras del viaje antes de verla, pero...
-Por supuesto, la veré ahora mismo -dice Tale, interrumpiendo la disculpa del hombre.

Queda muy poco tiempo.
Alma, la única hija del posadero y de su esposa, probablemente no pase del próximo amanecer.
Tale deja su equipaje en el suelo y abre sin hacer ruido la puerta del cuarto de Alma.

Alma fue muy débil desde su nacimiento. Lejos de disfrutar de la oportunidad de viajar, apenas había salido del pueblo, siquiera del vecindario, donde había nacido y crecido. El médico había dicho a sus padres que aquella niña difícilmente llegaría a adulta. Los dioses habían reservado un triste destino para aquella niña de rasgos de muñeca extraordinariamente bellos.
Tal vez los propios dioses intentaran expiar esta cruel injusticia haciendo que la niña fuera la única hija de los dueños de una pequeña posada de carretera.
Alma no podía ir a ninguna parte, pero los huéspedes de la posada de sus padres le solían contar historias sobre ciudades, países y gentes que ella nunca conocería. Cuando un nuevo huésped llegaba a la posada, Alma siempre desplegaba su batería de preguntas:
"¿De dónde eres?", "¿A qué te dedicas?", "¿Me cuentas una historia?"
Solía sentarse y escuchar aquellas historias con ojos brillantes y vivos. Instaba al viajero a pasar rápido al siguiente episodio con un "¿Y luego? ¿Y luego?". Cuando se marchaban, siempre les rogaba:
"¡Por favor, vuelve y cuéntame montones de historias sobre países lejanos!" Solía quedarse despidiendo con la mano al viajero hasta que desaparecía de la vista por la carretera. Luego soltaba un melancólico suspiro y volvía a la cama.

Alma duerme profundamente.
No hay nadie más en la habitación, lo que tal vez indica que hace tiempo que los médicos la dieron por perdida.
Tale se sienta en un silla cercana a la cama y la saluda con una sonrisa.
-Hola, Alma. He vuelto.
Ella no responde. Su pequeño pecho, que aún no tiene los rasgos del de una adulta, sube y baja casi imperceptiblemente.
-Esta vez fui mucho más allá del océano -le cuenta Tale-.
El océano del lado desde el que sale el sol. Tomé un barco en un muelle lejos, lejísimos, mucho más allá de las montañas que ves desde esta ventana, y estuve en alta mar desde el momento en que la luna era un círculo perfecto en el cielo, mientras fue haciéndose cada vez más pequeña y luego cada vez más grande, y hasta que estuvo llena de nuevo. Allá donde alcanzaba la vista no había más que mar. Tan solo agua y cielo. ¿Te lo imaginas, Alma? Nunca has visto el mar, pero estoy seguro de que la gente te habrá hablado sobre él. Es como un charco enorme e infinito.
Tale se ríe para sí mismo y parece que las mejillas pálidas de Alma se mueven ligeramente.
Puede oírlo. Aunque no pueda hablar ni ver, sus oídos aún están vivos.
Tale, convencido y confiado en que eso sea verdad, continúa el relato de la historia de sus viajes. No dice palabras de despedida.
Como siempre con Alma, Tale sonríe con una dulzura que nunca ha tenido con nadie más, y prosigue narrando sus historias con una voz alegre, que a veces incluso acompaña de gestos exagerados.
Le habla del océano azul.
Le habla del cielo azul.
Pero no le dice nada sobre la despiadada batalla naval que tiñó de rojo el océano.
Nunca le habla sobre esas cosas.

Alma aún era una niña muy pequeña cuando Tale se hospedó por primera vez en el hostal.
Cuando con su dicción infantil y su sonrisa inocente, ella le asaltó con sus preguntas sobre su origen y le pidió que le contara sus historias, Tale sintió algo dentro de su pecho.
Aquella vez volvía de una batalla.
Más exactamente, había terminado una batalla e iba de camino a otra.
Su vida consistía en vagar de un campo de batalla a otro, y nada de eso ha cambiado desde entonces.
Ha segado la vida de innumerables soldados enemigos y presenciado la muerte de infinidad de camaradas en el campo de batalla. En realidad, lo único que separa a los enemigos de los camaradas es una mera cuestión de suerte. Si las ruedas del destino hubieran girado de manera diferente, sus enemigos habrían sido camaradas y sus camaradas enemigos. Tal es el sino del mercenario.
En aquella época, su ánimo estaba destrozado y se sentía insoportablemente solo.
Como ser inmortal, Tale no temía la muerte, razón por la cual los rostros de los otros soldados que están deformados por el miedo, y por la que el rostro de cada hombre que murió sufriendo quedó grabado a fuego en su memoria.
Normalmente, solía pasar las noches bebiendo en la carretera. Sumiéndose en el sopor etílico -o fingiendo sumirse en él- intentaba obligarse a olvidar lo inolvidable.
No obstante, cuando vio la sonrisa de Alma a pedirle que le contara las historias sobre su largo viaje, sintió un consuelo más cálido y profundo del que nunca hubiera obtenido del licor.
Le habló de muchas cosas...
De una flor preciosa que descubrió en el campo de batalla.
De la belleza cautivadora de la bruma cuando invade el bosque la noche previa al combate final.
Del incomparable sabor del agua del manantial de un barranco en el que sus hombres y él se habían refugiado tras haber perdido una batalla.
Del vasto e inabarcable cielo azul que vio tras una guerra.
Nunca le contaba nada triste. Omitía todo lo referente a la mezquindad del ser humano y la estupidez que presencia sin cesar en el campo de batalla.
Le ocultó su condición de mercenario, las razones que le llevaban a viajar constantemente, y le hablaba solo de cosas bonitas, dulces y agradables. Ahora comprende que si le contó a Alma ese tipo de historias bonitas sobre sus viajes no fue tanto por no corromper la inocencia de la niña, sino por el bien de sí mismo.
Quedarse en la posada en la que Alma esperaba verle de nuevo terminó por convertirse en uno de los pequeños placeres de la vida de
Tale. Narrarle los recuerdos con los que volvía de sus viajes le hacía sentir una ligera redención, por tenue que fuera.
Su amistad con la niña la continuó cinco años, diez años. Poco a poco, ella se acercaba a la edad adulta, lo que significaba que, tal como los médicos habían predicho, cada día se acercaba más a la muerte.

Y ahora, Tale termina la última historia de viajes que compartirá con ella. No podrá volver a verla, no podrá contarle sus historias de nuevo.
Antes del alba, cuando la oscuridad de la noche alcanza su cenit, las pausas en la respiración de Alma se vuelven más largas.
El frágil hilo de su vida está a punto de ceder mientras Tale y sus padres la cuidan.
La lucecita que anidó en el pecho de Tale se apagará.
Sus solitarios viajes, esos largos viajes sin fin, comenzarán de nuevo mañana.

-Pronto estarás partiendo hacia tus propios viajes, Alma. -Le dice Tale con dulzura- Partirás a un mundo que nadie conoce, un mundo que nunca ha aparecido en las historias que has oído hasta ahora. Por fin podrás dejar tu cama y vagar por donde quieras. Serás libre.
Quiere hacerle saber que la muerte no es sufrimiento, sino una mezcla de alegría y lágrimas.
-Ahora te toca a ti. Procura contarle a todo el mundo los recuerdos de tu viaje.
Sus padres harán ese mismo viaje algún día. Y algún día Alma podrá reencontrarse más allá en el cielo con todos los huéspedes que conoció en la posada.

Y yo, sin embargo, nunca viajaré allí.
Nunca podré escapar de este mundo.
Nunca te volveré a ver.

-Esto no es una despedida. Es solo el comienzo de tu viaje.
Le dice una última cosa.
-Nos volveremos a ver.
Es su última mentira.

Alma parte hacia su viaje.
En su rostro aparece una sonrisa tranquila, como si acabara de decir un "hasta pronto".
Sus ojos no volverán a abrirse. Una solitaria lágrima resbala lentamente por su mejilla.

Fin.

Qué queréis que os diga, me emociona -.- snif.

miércoles, 15 de abril de 2009


Bueno, como ya sabeis que en este blog se cuelgan historias, poemas y un poco de todo (¡Arte!) aquí os dejo un pequeño primer capítulo de un amigo (a petición ^^, si quereis que colguemos algo vuestro para que dejen comentarios y os sintais orgullosos de lo que habeis creado ^^ contactad con alguna de las marginadas xD).


My story:

Mi historia comienza un día de lluvia... Yo estaba regresando a casa... cuando escuché un ruido en un callejón oscuro. No me paré a pensar siquiera, me adentré en el callejón poco a poco... Cuando de entre las sombras observo el cuerpo de un jovencita apoyada en una pared, algo roja por la sangre. Parecía que la habían matado con algún objeto puntiagudo, como una espada, o quizás una lanza... le pregunté, algo tímido:
- T-te... encuentras...bien...?
Ella no me contestaba, supuse que estaría muerta. Entonces escuché un grave sonido, a la vez agudo, como si dos armas de acero se estuviesen golpeando recíprocamente al final del callejón. Me aproximé y encontré a cuatro personas, dos de ellas luchando con trajes algo extraños y armas de un filo que cortaba el aire, y las otras dos usaban frases algo extrañas, como si hicieran rituales para lanzar algún tipo de conjuro... Sus vestimentas eran arto complejas. Las dos personas que empuñaban armas vestían con medias ajustadas y placas bastante gruesas para poder encajar algunos golpes y cortes...
Las otras iban con una especie de vestido rojo con marcas negras y un libro algo antiguo... una de esas personas era una jovencita muy bella y atractiva que le dijo una frase en mi idioma a uno de los que estaban luchando:
- Archer, hazle retroceder y yo me encargaré de inmovilizarle a él y a su maestro...
Al hacerlo se me acercó la joven diciéndome:
- Olvida lo que has visto si no quieres sufrir las consecuencias...
- ¿Perdona? Yo no tenía intención de ver esto, yo sólo escuché un ruido y...
- Me da igual cuales fueran tus intenciones, debes olvidar lo ocurrido.
-Pe-pero... no puedo, yo sólo escuché un ruido y fui a comprobar qué había ocurrido.
- Pues ya lo has visto, ahora vuélvete si no quieres ser víctima de esta batalla.
- ¿Batalla?... ¿Qué quieres decir?... Agh... algo me ha herido el brazo... (Me levanté las mangas para ver qué me ocurrió).
-No puede ser... la marca de los elegidos... Pero si no sabes usar la magia... ¿Verdad?
-No, ¿Por qué lo preguntas?
-Debemos salir de aquí ahora mismo, guíame hasta tu casa.
-Va...vale.


-Fin del capítulo primero-

By Sora



Y quiero recordar que este blog está destinado a recopilar historias y poemas de todo tipo, escritos por personas diferentes en momentos diferentes de sus vidas, a cualquier edad, para que podamos comentar sobre ellos y dar ánimos a los jóvenes artistas ^^. Si quereis contactar conmigo mi email es azurah_19@hotmail.com , por si necesitais algo ^^.

PD: ¡Mi nombre es AJ! ¡Apréndetelo Geku xD!